domingo, 24 de mayo de 2009

MEDIDAS DE PREVENCIÓN PARA EVITAR ESTE PROBLEMA

La autogestión ; Las principales tendencias sociales se pueden conocer por los dibujos animados que se hacen para los niños. En los últimos tres años se ha consolidado la opinión de que la televisión que se puede ver en España es nociva para la infancia. Pero aunque la programación es pésima, muchas de las producciones son magníficas. Ante eso, los padres tienen que grabar dichos productos y construir su propia programación de televisión que autogestionan midiendo tiempos y sesiones. Hay que pasar del consumo de paquetes de cadena a la autogestión.

Aunque los padres suelen ser muy críticos con la televisión, apenas adoptan estrategias educativas viables al respecto. Los diversos estudios nos muestran que los padres fuera de casa se muestran preocupados por los contenidos pero en el hogar sólo manifiestan preocupación por el tiempo que se gasta viendo la televisión. Además, los padres son vistos por los niños como co-espectadores, no como mediadores. No se habla sobre los programas de televisión; dichos programas no son contextualizados dentro de un proceso más amplio ni tampoco son seleccionados previamente por los padres. Sin embargo, si uno intenta buscar dibujos animados en la televisión actual se encontrará lo siguiente: la oferta actual televisiva de animación es de una calidad mucho mejor que la de hace diez, veinte o treinta años. No cabe el pesimismo pasivo sobre los males de la televisión sino que sí es posible disponer de buenos programas si uno los busca, los graba o adquiere, y los administra como proyecto.

La prohibición de interrumpir un programa infantil para emitir publicidad; Aunque se han tomado iniciativas operativas muy estimables como esta, la parrilla de horario infantil está contaminada por programas inadecuados para los niños y en general para cualquier salud mental. Lo que no violan dichos programas, lo hacen los anuncios que ponen en medio.


Debemos distinguir dentro del grupo de animación, dibujos para niños con mensajes morales y dibujos animados dirigidos a un público adulto utilizando un lenguaje irónico y sarcástico. Actualmente nos encontramos con la producción de series animadas presuntamente infantiles pero que agravan algunas de las tendencias más preocupantes del final del siglo XX. Es el caso del manga japonés que con productos como Shin Chan, ahora en Antena 3, realmente denigra el género infantil. Desde Japón, en cambio, nos encontramos también productos de calidad como Doraemon, con historias morales y lúdicas que merece la pena incorporar al imaginario infantil. Pero el caso más polémico son Los Simpson, de la FOX. Los Simpson son posiblemente una de las series animadas más morales de la historia de la animación y con una calidad técnica magnífica; aunque el género que usa para expresarse es el sarcasmo y la ironía, no es fácilmente diferenciable por los niños. Eso lleva a que, sumado a una temática que progresivamente no es para niños, haya ido encajando como una serie adulta. Los Simpson abrieron una línea de trabajo que comunica a través del sarcasmo, la contracultura y lo macabro, tendencia que hemos encontrado en otras series especialmente americanas como Vaca y pollo o los trabajos para la gran pantalla de Tim Burton.

Existen series de animación totalmente dirigidas al público infantil, algunas promovidas especialmente por la BBC, no todas son conocidas en España.
también los productos de Disney para dibujos animados están muy en línea con las series para niños aunque obedecen a una estética más estereotipada y tienen una función comercial excesivamente acusada, con personajes más planos e historias ideológicamente más marcadas por la meritocracia americana. Son de destacar los dibujos animados surgidos a partir de las películas Hércules, Tarzán o El Rey León (Timón y Pumba).

Según hemos observado si tuvieramos que destacar las tres series más aconsejables de toda la parrilla televisiva elegiría Arthur, El autobús mágico y Los Thornberrys. Alguien haría bien vendiendo esas series conjuntamente, con el sello de alguna organización de infancia o educativa. Mejor si nos ayudan a todos los padres con la organización de un premio nacional.

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