lunes, 25 de mayo de 2009

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA TELEVISIÓN




INTRODUCCIÓN.

La prehistoria de la televisión abarca un amplio período que se extiende, aproximadamente, desde finales del siglo XIX hasta 1935. En principio surgirán dos modelos: la televisión mecánica defendida por John Baird y la televisión electrónica creada por el investigador ruso-norteamericano Vladimir Zworikyn.Aunque la televisión mecánica de Baird empezó a sus emisiones un poco antes que la televisión electrónica de Zworikyn, lo cierto es que la superioridad técnica de esta última se impuso.En este bloque podrás conocer cómo fueron estos comienzos y cómo pasó de ser un invento de laboratorio a convertirse en un medio al alcance del público. Interrumpido por la I Guerra Mundial, su desarrollo se retomó al acabar la contienda permitiéndole ocupar su puesto entre los medios de comunicación más extendidos como la prensa o la radio.Cumplida la etapa de nacimiento y consolidación, llegará la época del color y, tras ella, la internacionalización del medio y de sus contenidos. Esta vocación internacional impulsó el lanzamiento de los primeros satélites de comunicación y de otras tecnologías como la distribución de señal televisiva por cable.Por otro lado la televisión se extiende a continentes como Iberoamérica y, en otro sentido, se crea una necesidad aparentemente opuesta que es la de contar con contenidos de carácter local. Con la televisión local se completa la presencia de la televisión en todos los ámbitos de socialización del individuo, desde lo global hasta lo local. Guerra Mundial, los sistemas de televisión se convirtieron en una realidad.


EMISIÓN.

Las primeras emisiones públicas de televisión las efectuó la BBC en Inglaterra en 1927 y la CBS y NBC en Estados Unidos en 1930. En ambos casos se utilizaron sistemas mecánicos y los programas no se emitían con un horario regular. Las emisiones con programación se iniciaron en Inglaterra en
1936, y en Estados Unidos el día 30 de abril de 1939, coincidiendo con la inauguración de la Exposición Universal de Nueva York. Las emisiones programadas se interrumpieron durante la II Guerra Mundial, reanudándose cuando terminó. En España, se fundó Televisión Española (TVE), hoy incluida en el Ente Público Radiotelevisión Española, en 1952 dependiendo del ministerio de Información y Turismo. Después de un periodo de pruebas se empezó a emitir regularmente en 1956, concretamente el 28 de octubre. Hasta 1960 no hubo conexiones con Eurovisión. La televisión en España ha sido un monopolio del Estado hasta 1988. Por mandato constitucional, los medios de comunicación dependientes del Estado se rigen por un estatuto que fija la gestión de los servicios públicos de la radio y la televisión a un ente autónomo que debe garantizar la pluralidad de los grupos sociales y políticos significativos.
A partir de la década de 1970, con la aparición de la televisión en color los televisores experimentaron un crecimiento enorme lo que produjo cambios en el consumo del ocio de los españoles. A medida que la audiencia televisiva se incrementaba por millones, hubo otros sectores de la industria del ocio que sufrieron drásticos recortes de patrocinio. La industria del cine comenzó su declive con el cierre, de muchos locales.
En México, se habían realizado experimentos en televisión a partir de 1934, pero la puesta en funcionamiento de la primera estación de TV, Canal 5, en la ciudad de México, tuvo lugar en 1946.
Al iniciarse la década de 1950 se implantó la televisión comercial y se iniciaron los programas regulares y en 1955 se creó Telesistema mexicano, por la fusión de los tres canales existentes.
Televisa, la empresa privada de televisión más importante de habla hispana, se fundó en 1973 y se ha convertido en uno de los centros emisores y de negocios más grande del mundo, en el campo de la comunicación, ya que además de canales y programas de televisión, desarrolla amplias actividades en radio, prensa y ediciones o espectáculos deportivos.. La televisión ha alcanzado una gran expansión en todo el ámbito latinoamericano. En la actualidad existen más de 300 canales de televisión y una audiencia, según número de aparatos por hogares (más de 60 millones), de más de doscientos millones de personas.
A partir de 1984, la utilización por Televisa del satélite Panamsat para sus transmisiones de alcance mundial, permite que la señal en español cubra la totalidad de los cinco continentes. Hispasat, el satélite español de la década de 1990, cubre también toda Europa y América.
En 1983, en España empezaron a emitir cadenas de televisión privadas TELE 5, Antena 3 y Canal +.
En 1986 había 3,8 habitantes por aparato de televisión, en la actualidad ha bajado a 3,1. A finales de los años ochenta, había en Estados Unidos unas 1.360 emisoras de televisión, incluyendo 305 de carácter educativo, y más del 98% de los hogares de dicho país poseía algún televisor semejante al nivel español.
Hay más de 8.500 sistemas ofreciendo el servicio de cable, con una cartera de más de 50 millones de abonados. En la actualidad en todo el mundo, la televisión es el pasatiempo nacional más popular; el 91% de los hogares españoles disponen de un televisor en color y el 42%, de un equipo grabador de vídeo. Los ciudadanos españoles invierten, por término medio, unas 3,5 horas diarias delante del televisor, con una audiencia de tres espectadores por aparato.
Durante los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial se realizaron diferentes experimentos con distintos sistemas de televisión en algunos países de Europa, incluida Francia y Holanda, pero fue la URSS, que comenzó sus emisiones regulares en Moscú en 1948, el primer país del continente en poner en funcionamiento este servicio público. Cerca del 98% de los hogares en la URSS (3,2 personas por receptor) y en Francia (2,5) posee televisor, siendo el porcentaje de 94 en Italia (3,9) y 93 en los hogares de Alemania actualmente parte de la reunificada República Federal de Alemania (2,7).


EL NACIMIENTO (1935-1941)

Frente a la competencia entre los modelos de televisión defendidos por Baird y por la EMI, el Gobierno británico decide nombrar una comisión investigadora para definir la posición del Estado en materia televisiva. En enero de 1935, dicha comisión adoptó una definición mínima de 240 líneas y 25 imágenes por segundo de forma que el sistema mecánico quedaba relegado frente a la calidad de las imágenes electrónicas. Casi dos años más tarde (el 2 de noviembre de 1936), la BBC comenzó sus transmisiones desde los míticos estudios londinenses de Alexandra Palace.Hacia mediados de la década de 1930 gobiernos y compañías televisivas de los países tecnológicamente más desarrollados se decantan por la televisión electrónica, al tiempo que las transmisiones tienden a regularizarse y a crecer en las principales urbes (Londres, Berlín, París, Nueva York).En los EEUU -pese a la temprana apuesta por la vía electrónica- el desorden fue moneda corriente: las definiciones técnicas de la televisión variaban año a año (de 240 líneas, en 1933, a 525 líneas, en 1941). La primera emisora en establecer un servicio regular fue la National Broadcasting Company (NBC), subsidiaria de la RCA, en marzo de 1939; sin embargo, el organismo regulador de la radio y la televisión, la Federal Communications Commission (FCC), sólo autorizó la televisión comercial en 1941.En Francia, donde diversos equipos de especialistas venían trabajando desde finales del siglo XIX en la puesta a punto del nuevo medio, fue René Barthélemy quien instaló (abril de 1935) un estudio de televisión en la parisina Escuela Superior de Electricidad y utilizó la Torre Eiffel como soporte de la primera antena emisora. En pocos años (1935-1939) los franceses adoptaron el sistema electrónico.Alemania es otro país donde la actividad en torno a la televisión fue intensa. Ejemplo del avance en materia televisiva experimentado entonces, fue la retransmisión en directo de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. La recepción de las emisiones tuvo lugar en lugares públicos: “teatros” con capacidad para 50 personas y pantallas de cerca de dos metros de diagonal (Palacio, 1992). Hacia 1937 los alemanes perfilaban su propio sistema electrónico de televisión con una definición de 441 líneas.Algo más rezagados en el liderazgo televisivo se encontraban Italia (en 1941 tenía una televisión experimental de 441 líneas) o la URSS (adoptó un sistema electrónico de 343 líneas hacia 1937).Pese a las fuertes inversiones económicas de la industria de la radio estadounidense (sólo en investigación y compra de patentes la RCA invirtió 9 millones de dólares durante 1930-39) y de los Estados británico y alemán, la ausencia de una producción industrial de aparatos receptores lastraba el desarrollo de la televisión. Fue en Gran Bretaña en 1937 y en los EEUU en 1939 cuando tuvieron lugar las primeras fabricaciones en serie de aparatos para uso doméstico-familiar.Sin embargo, los avances en materia televisiva experimentados entonces se vieron congelados y las transmisiones en Europa suspendidas ante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Así, por ejemplo, en septiembre de 1939 la BBC decide interrumpir sus 14 horas semanales de programación a partir de la declaración de guerra del Gobierno británico a Alemania. En tanto que, en los EEUU, país que en 1941 contaba con cerca de cinco mil aparatos y las primeras quince licencias de emisoras comerciales, el Gobierno prohibió la fabricación de televisores orientando los recursos de la industria electrónica hacia la Guerra en curso.


UN NUEVO COMIENZO (1946-1949)
Concluida la II Guerra Mundial, Gobiernos y los sectores industriales ligados a la televisión (compañías emisoras y fabricantes de aparatos receptores) volvieron su mirada a la pequeña pantalla en un contexto de recuperación social, económica y tecnológica. Por entonces, en muchos países europeos fueron frecuentes las pruebas públicas de televisión con la finalidad dar a conocer el nuevo medio. Así, en España, la empresa holandesa Philips y la corporación estadounidense RCA organizaron en 1948 sendas exhibiciones públicas de televisión en Barcelona y Madrid respectivamente.En Gran Bretaña, la emisora pública BBC remozó sus instalaciones y volvió a transmitir imágenes a mediados de 1946. A este nuevo comienzo le siguió un desarrollo lento y constante: sólo en 1960 se completó la cobertura de todos los rincones de las islas, y en 1962 se contabilizaron cerca de 12 millones de televisores.En Francia, si bien las tropas de ocupación nazis pusieron nuevamente en funcionamiento los estudios parisinos hacia 1943, los pocos telespectadores franceses de entonces pudieron disfrutar de doce horas semanales de programación regular del primer canal público recién en el otoño de 1947; con anterioridad, las fuerzas políticas francesas habían promulgado la nacionalización de radiodifusión gala.En el lado occidental y capitalista de una Alemania derrotada y dividida en dos, los Aliados impusieron a la radio y televisión alemana la descentralización por länder, dando lugar a uno de los sistemas federales más complejos del mundo. En diciembre de 1952, la Nordwest Deutscher Rundfunk fue la emisora pionera de este nuevo comienzo.Del otro lado de “la cortina de hierro”, los estudios de Moscú volvieron a poner imágenes en el aire de forma irregular a partir de mayo de 1945 para, finalmente, regularizar las transmisiones a partir de 1948.En los EEUU el crecimiento económico de posguerra tuvo su correlato en el crecimiento del número de emisoras, horas de programación y televisores en los hogares. Algunos de los programas creados en ese entonces se revelarían clásicos con el paso de los años (por ejemplo, El show de Sullivan o Martín Kane, detective privado). Por su parte, la FCC, estableció en 1947 la normalización técnica de todas las emisiones televisivas, lo cual dio lugar al reinicio de la expansión del medio por todo el país.A medida que los servicios de televisión se regularizaron fueron ganando fervorosos televidentes allí donde comenzaban las emisoras y estableciendo un novedoso equilibrio en relación a los otros medios de comunicación de masas (prensa, cine y radio). Asimismo se perfilaron dos modos diferenciados de entender la televisión en Occidente: mientras que en los EEUU, y luego en Iberoamérica, la industria televisiva se asentó en redes de empresas privadas y comerciales en competencia (cuyas cabeceras eran la ABC, la NBC y la CBS), en la Europa del Oeste de posguerra la reconstrucción implicó la construcción de fuertes sistemas públicos y nacionales de radio y televisión.


LA “COLORIDA” EXPANSION MUNDIAL.
Los años 50 han sido calificados por muchos analistas como aquellos del “gran salto de la televisión en el mundo”, puesto que es entonces cuando los servicios regulares de televisión se extendieron gradualmente por las grandes urbes del mundo.Así, por ejemplo, México y Brasil contaron con una programación regular a partir de 1950; Holanda y Argentina, al año siguiente; Italia, Alemania Oriental y Venezuela, hacia 1952; Bélgica, Dinamarca, Polonia, Checoslovaquia y Canadá, en 1953; Austria, Luxemburgo y Mónaco, en 1955; España y Suecia, en 1956; Portugal, un año más tarde; y, Suiza, Finlandia, Yugoslavia, Hungría, Rumania y China, en 1958.En la gran mayoría de los casos la cobertura geográfica de las televisiones era muy pequeña (de carácter local diríamos hoy día), y eran pocas las horas del día en que se transmitían imágenes. Asimismo, la presencia del televisor en los hogares no estaba extendida; a cambio, distintos lugares públicos -como los bares- servían de escenario de encuentro a los telespectadores.Frente a este panorama, gobiernos y empresarios dedicaron esfuerzo e imaginación, a construir redes nacionales de televisión hertziana. Para ello se instalaron nuevas emisoras, postes repetidores y líneas de cables. Las grandes distancias y los accidentes topográficos debían rendirse ante un sistema planificado.Por ejemplo, en Francia, el Gobierno lanzó, en 1954, un plan nacional quinquenal que contempló el emplazamiento de 45 transmisores de televisión. El plan tuvo su razón de ser en el bajo porcentaje de hogares con televisor (en 1953, sólo 60.000 aparatos) y en la falta de cobertura de todas las regiones del “hexágono”.Sin embargo, un país se destaca por la conformación de una poderosa industria televisiva: EEUU. Hacia 1952 se calcula que unas 108 emisoras estadounidenses alimentaban las pantallas de unos 21 millones de televisores. Al ritmo que crecía el número de emisoras y televisores se disparaba la publicidad que explotaba este nuevo medio. Las cifras son reveladoras: de una inversión publicitaria de un poco más de 10 millones dólares, en 1950, se pasó a 1.500 millones, en 1960. A comienzos de los años ’50 la diferencia entre los EEUU y el resto de los países desarrollados era notoria. Durante los primeros meses de 1952, en Gran Bretaña sólo se habían vendido 1,2 millones de televisores, en Francia cerca de 10.558, y en la entonces Alemania Federal apenas se contabilizaban tan sólo 300 aparatos.El encanto de la televisión comenzaba a causar furor en otras culturas. En Japón, la televisión pública, la NHK (Japan Broadcasting Corporation), comenzó a operar en 1953 y al año siguiente hizo lo propio la primera estación comercial. Un importante avance técnico registrado fue la incorporación del color a las transmisiones televisivas. Las grandes compañías estadounidenses fueron las primeras en proponer un sistema de televisión color: el NTSC. Con la aprobación de la FCC, EEUU se convirtió, en 1953, en el primer país en contar con televisión color. Hoy el NTSC está en funcionamiento en los EEUU, Canadá y Japón, entre otros países.Posteriormente en Europa se puso en marcha una serie de investigaciones para perfeccionar el sistema estadounidense. Los resultados de éstas dieron lugar a dos sistemas de televisión color. En 1959, el Gobierno galo puso en marcha un sistema denominado SECAM; mientras que en Alemania Telefunken- ideó el sistema PAL (en 1963. Así las cosas, como indican Albert y Tudesq (2001), “en los años 1962-1965, los países de Europa no supieron elegir un sistema único y hoy en día, si el PAL ha ganado el mercado de los principales países europeos occidentales, el SECAM se ha impuesto en los países del Este, en numerosos países del cercano Oriente, en algunos países de América Latina y en África francófona”.


UNA TELEVISIÓN INTERNACIONAL.
La internacionalización de los programas es una tendencia observable a lo largo de la historia de la televisión. La Europa de posguerra, un continente partido en dos, fue el escenario donde surgieron dos grandes redes de cooperación técnica e intercambio de información y programas. Por un lado, Eurovisión, creada por la Unión Europea de Radiodifusión (UER) a mediados de los años ’50. Por otro, Intervisión, en parte, una respuesta de la comunista Organización Internacional de Radio y Televisión (OIRT) a la apuesta de la UER. Años más tarde, en 1993, el cambio de las relaciones políticas y la desintegración del bloque soviético propiciarían la fusión de la OIRT con la UER.Por su parte, en el continente americano venía funcionando, desde 1946, la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR). En el resto de las regiones se fueron conformando asociaciones similares: la URTNA africana (1962), la ABU asiática (1964), la ASBU para los países árabes (1969), la CBU caribeña (1970), etcétera.Gran parte de los intercambios entre países y entre organismos internacionales se basa en la difusión de programas a través de los satélites de comunicaciones. Así, desde el lanzamiento del primer satélite sputnik, en 1957, y de satélites cada vez más perfeccionados, estadounidenses, rusos, luego europeos, japoneses, etc., los intercambios de informaciones y de programas se multiplican (Flichy, 1993).Con el correr de los años la relación televisión-satélite fue dando fruto a una escalera de hitos históricos. En julio de 1962, el Telstar I, permitió “viajar” a una imagen televisiva entre EEUU y Europa. Un año después, el primer satélite geoestacionario, el Syncom III, permitió a estadounidenses y europeos seguir los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Años más tarde, tuvo lugar la publicitada “primera transmisión planetaria”: el programa Nuestro Mundo se difundió en simultáneo para 31 países. Ante estos avances, los gobiernos vieron la necesidad de crear una red mundial de satélites de comunicaciones. El Early Bird, puesto en órbita en 1965 por el consorcio privado internacional Intelsat, fue el primer satélite que tuvo esa finalidad.. También por esos años hicieron su aparición los satélites de difusión directa (DBS, Direct Broadcast Satellite), los cuales permitían la difusión de una decena de señales de televisión hasta antenas parabólicas “domésticas” y de éstas al televisor.Hacia 1989, la fusión del decano de los satélites europeos de televisión, Sky Channel, con el consorcio British Satellite Broadcasting, dando nacimiento a BskyB (hoy, Sky Digital), dio el pistoletazo para la segunda generación de operadores televisivos vía satélite. En poco tiempo la creación de diversas plataformas multicanales vía satélite en todos los países fue un hecho.Un paso más se dará cuando las plataformas satelitales se digitalicen totalmente. Así, en EEUU se lanza, a mediados de 1994, Direct TV. Mientras que en la UE, Canal Satellite Numérique, filial de Canal Plus (Francia), se convertirá en la primera plataforma digital europea.Al finalizar el 2000 un informe auspiciado por Eutelsat indicaba que en los países de la UE se contaba con 15 millones de receptores de televisión por satélite; siendo los británicos (cinco millones), los franceses (tres millones), y los italianos y españoles (dos millones cada uno) sus principales usuarios.

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